"Ya no me siento tan diferente a la mayoría de las mujeres. Sé que no podré quedar embarazada porque nací sin útero, pero al menos ya tengo vagina... Estoy muy feliz... " La semana pasada, Inés Florencia regresó contenta a su casa. El equipo médico que la había operado le dio el alta. Antes de retirarse del Centro de Salud aceptó hablar con LA GACETA para contar su llamativa historia de vida.
"Cuando tenía 12 o 13 años mi mamá me llevó a un ginecólogo para que me controlara y me explicara por qué no menstruaba. El doctor me dijo: 'esperá un poco; es normal que comiences a menstruar un poco más tarde...' Después de un tiempo volví a la consulta, me revisó y me dio unas hormonas, pero tampoco menstruaba... Mi mamá dejó de llevarme y yo dejé de tomar las pastillas porque seguía igual. Un día, una tía me acompañó a su ginecóloga de la Maternidad... La cuestión es que me hicieron algunos estudios y me dijeron que no tenía útero. Dejé el tratamiento, no hablé más del tema ni regresé a la Maternidad", narró Inés, que tiene 28 años y es empleada doméstica.
- ¿Qué edas tenías cuando te dieron el diagnóstico?
- Creo que 19. Mi tía me insistía pero yo no quería saber nada con volver al médico. Siguió insistiéndome hasta que aflojé. Me fui a su ginecóloga y me reiteró: 'naciste sin útero y sin vagina y tenés un sólo ovario', y me derivó al servicio de Ginecología del Centro de Salud. - ¿Buscabas alguna solución?- Y... sí. Los médicos se interesaron en mi problema. Me dijeron que con una operación podrían armarme una cavidad vaginal, pero que debía esperar un poco porque tenían que comprar instrumental para la cirugía. Esperé casi un año, pero valió la pena... Me siento muy bien; estoy contenta y feliz.
Profesionales
El cirujano Martín Audi encabezó el equipo que operó a Inés. Él explicó los detalles del caso en compañía de sus colegas Martín Valencia y Juan Cruz Yalour.
- ¿Qué descubrieron en los estudios por imágenes?
- Nos encontramos con agenesia útero-vaginal (ausencia de útero y vagina), y tanto la ecografía como la resonancia magnética mostraban un solo ovario explorando en la zona de la pelvis. Durante la operación descubrimos que tenía los dos: (el izquierdo más arriba del derecho). De todos modos, no podrá menstruar porque el órgano efector de la menstruación es el útero. Obviamente, tampoco podrá quedar embarazada. Sin embargo -como está en pareja- tiene una serie de alternativas para que pueda ser mamá biológica, pero este tema debe ser analizado por los médicos que se especializan en fertilización", advirtió Audi
- ¿Es común esta anomalía?
- La falta de útero y vagina se denomina síndrome de Rokitansky, y es la anomalía más grave del tracto reproductivo femenino. Las estadísticas mundiales indican que hay un caso por cada 5.000 mujeres.
-¿A qué se deben estas alteraciones ?
- Sabemos que se producen entre la semana 5 y 12 de gestación No se conoce a ciencia cierta cuál es la causa de la ausencia de los órganos. Sólo se sabe que es multifactorial.
- ¿Cómo le construyeron la vagina?
- La operación de Inés fue la primera en su tipo que se hizo en el NOA en un hospital público. Armamos la neovagina con un segmento del intestino grueso (ya se hizo, pero con cirugía convencional). Lo novedoso es que armamos una vagina con sistema laparoscópico, sin necesidad de operar a cielo abierto (abrir los tejidos a la altura de la pelvis). Por laparoscopia resecamos un trozo de intestino grueso y lo traspolamos a lo que sería la cavidad neovaginal. Por la misma vía volvimos a retransitar (unir) el intestino.
-¿Qué parte del intestino?
- El intestino grueso tiene tres segmentos principales: el sigmoide, el recto y el ano. Nosotros utilizamos el sigmoide: cortamos una porción de unos nueve centímetros para armar la vagina.
La operación duró tres horas
Inés Florencia fue operada durante tres horas por un equipo multidisciplinario del Centro de Salud y del sector privado. Participaron los médicos del servicio de Ginecología, los doctores: Raúl Audi (jefe), Carlos Ovejero, Martín Valencia, Lorenzo Médici y Martín Audi. Además, los cirujanos Rubén Segovia y Mauricio Lincey (equipo quirúrgico). Del sector privado, colaboraron el cirujano plástico Juan Stoyanoff, la especialista en hebiatría (clínica de adolescentes) Marta Falú y el cirujano Juan Cruz Yalour, del sanatorio Modelo. "Queríamos trabajar en equipo con gente que uno conoce. Por eso colaboró todo el personal de quirófanos, de anestesia y de enfermería del hospital", destacó Audi.
"Es un síndrome muy complejo"
Este síndrome de Rokitansky tiene varios subtipos: puede haber esbozos uterinos (muy pequeño, no desarrollado), una vagina muy cortita o una cavidad que no le permite alojar al pene. Esta anomalía va acompañado de otras malformaciones músculo-esqueléticas. "En el caso que nos tocó (el de Inés) le falta una falange en el dedo pulgar de la mano izquierda -que más adelante le corregiremos- y tiene una hipotrofia o hipodesarrollo de todo su hemicuerpo izquierdo (más chicos el pie, la mano, el pecho, descenso renal, etc.). Es una patología compleja porque suele ir acompañada de alteraciones en las glándulas suprarrenales, pero genéticamente el caso de Inés es normal", detalló Martín Audi.
Fuente: lagaceta.com.ar
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