Un programa escolar de uso generalizado para mejorar la conducta de los niños reduce los episodios de hostigamiento entre pares, o bullying, que se producen en la primaria.
Un equipo halló que los maestros de las escuelas con el programa informaban menos episodios de agresión, hostigamiento y rechazo entre sus estudiantes.
Catherine Bradshaw, que integró el equipo, señaló que la reducción de las conductas no deseadas fue "leve", pero en un período clave del desarrollo infantil.
"Si esperamos hasta que el bullying llega a su punto máximo en el secundario, habremos perdido una etapa sensible para intervenir", dijo Bradshaw, de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de Johns Hopkins, en Baltimore.
"Esperamos que los efectos sigan creciendo mientras los alumnos avanzan al secundario", añadió.
Unas 16.000 escuelas estadounidenses recibieron entrenamiento para adoptar la iniciativa Intervenciones y Soporte Conductuales Positivos para la Escuela, un programa del Departamento de Educación de Estados Unidos que proporciona un marco disciplinario y alienta la buena conducta.
El programa incluye algunos días de entrenamiento de los responsables de capacitar a los docentes y al resto del personal escolar. Bradshaw estimó que cada escuela debe invertir unos 1.000 dólares para comprar afiches y otros materiales.
El equipo de Bradshaw le pidió a 37 escuelas de Maryland que participaran en el estudio. Al azar, sólo 21 escuelas implementaron el programa. Las 16 restantes actuaron como grupo de control.
Durante cuatro años, los autores reunieron las calificaciones docentes de la conducta de los alumnos. Al final del estudio, los signos de bullying y de rechazo habían aumentado en ambos grupos de escuelas.
Bradshaw aseguró que los resultados no la sorprendieron. "Coinciden con la tendencia a un aumento del bullying en la mitad del colegio secundario", dijo.
Pero en las escuelas que habían adoptado el programa, ese crecimiento del hostigamiento entre pares y de los signos de rechazo fue menor que en el grupo de control.
"Esto demuestra que con pequeños cambios en cómo la escuela maneja la disciplina se logra una diferencia significativa en las conductas asociadas con el bullying", explicó Bradshaw.
David Smith, profesor de la Universidad de Ottawa, consideró que los resultados son positivos, aunque instó a no interpretarlos como una reducción del bullying.
Indicó que las preguntas utilizadas se concentraron en las conductas más agresivas de los alumnos y no incluyeron los tipos más sutiles, verbales y sociales, del hostigamiento entre pares.
"Además, si los que responden son sólo los docentes, el equipo está viendo apenas la mitad de los que sucede con el bullying", dijo Smith, que no participó del estudio. Aun así, consideró que "esto es mejor que ver esas conductas avanzar en la otra dirección".
El bullying es un problema cada vez más común en la población en edad escolar. Ocasionalmente termina con un final trágico y el suicidio de las víctimas.
Fuente: Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine
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