Un equipo de Estados Unidos descubrió en más de 3.100 adultos saludables que los que mejoraban o mantenían sus niveles de aptitud física eran menos propensos a desarrollar hipertensión, a tenercolesterol alto u otros factores de riesgo cardíaco.
Lo mismo ocurrió con los participantes que mantuvieron su peso, comparados con los que engordaron en el tiempo.
La novedad para los autores es la influencia de las variaciones de la aptitud física y de la "gordura". En general, los participantes que mantuvieron la aptitud física lograron contrarrestar de algún modo el aumento del peso corporal y viceversa.Esto sugiere que proteger la salud cardíaca no sería tan difícil como algunos piensan, según opinó el autor principal, Duck-chul Lee, de la University of South Carolina en Columbia. "Para una persona con sobrepeso, la mejor combinación sería mejorar la aptitud física. Pero eso es todo un desafío", indicó. Para muchos, lo más accesible sería "mantenerse".
El estudio, publicado en Journal of the American College of Cardiology, incluyó a 3.148 hombres y mujeres de Dallas. La edad promedio al inicio del estudio era 40 años.
Durante seis años, un 4 por ciento desarrolló hipertensión cada año, mientras que un 2 por ciento desarrolló el síndrome metabólico (un conjunto de factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular como hipertensión, colesterol alto, obesidad abdominal y glucosa elevada).
Pero el grupo que mantuvo o mejoró la aptitud física, según las pruebas realizadas en una cinta para caminar, tuvo entre un 26 y un 30 por ciento menos posibilidades de desarrollar hipertensión y colesterol alto y un 42 a un 52 por ciento menos riesgo de tener síndrome metabólico que el grupo que perdió estado físico.
Y por cada 1 por ciento más de grasa corporal, la posibilidad de desarrollar esos factores de riesgo cardíaco aumentaba entre el 3 y 8 por ciento.
Pero, en general, los participantes que engordaron conservaron un buen estado de salud si se ocupaban de cuidar la aptitud física. Si los participantes con sobrepeso perdían algo de grasa corporal, podían contrarrestar los efectos negativos de la pérdida de la aptitud física.
Lo más importante es, para Lee, que las personas que hacen actividad física no dejen de hacerlo. Aunque eso no se vea reflejado en la balanza del baño, protege la salud.
Fuente: Journal of the American College of Cardiology
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