Pero una revisión reciente sugiere que no se trata de un nuevo problema, y quizás en realidad no sea un problema en lo absoluto.
"Los niños duermen menos que antes, ya que el sueño se ha reducido en alrededor de 1.25 horas en los últimos cien años", apuntó el coautor de la revisión Tim Olds, profesor de ciencias de la salud del Instituto Sansón de Investigación sobre Salud de Adelaida, Australia.
Pero, señaló, no está claro si los niños en realidad echan en falta ese sueño adicional.
"Los 'expertos' en salud siempre han recomendado que los niños duerman más de lo que hacen, independientemente de qué tanto duermen", explicó.
Además, incluso hace cien años, los padres pensaban que sus hijos se quedaban cortos con el sueño. En su revisión, Olds y colegas citaron un estudio de 1905 que afirmaba que "el estrés y el ajetreo de la vida moderna demandan una mayor actividad cerebral, y para que las energías mentales puedan durar, es obvio que hay que obtener descanso para el cerebro".
Para 1923, las cosas no habían mejorado mucho. Los investigadores hallaron esto en la literatura de investigación de la época: "la complejidad y el ajetreo de la vida moderna no solo afectan [los patrones de sueño] de los adultos, sino que se reflejan en los niños".
Algo interesante es que independientemente de la fuente de la preocupación sobre el sueño (los libros de texto de la escuela, la radio, la televisión, internet), los expertos opinaban que la única forma de contrarrestar la 'sobreestimulación' del cerebro provocada por la última tecnología era dormir.
Tras revisar cien años de investigación, Olds y colegas hallaron 32 conjuntos distintos de recomendaciones sobre el sueño.
Pero los investigadores no pudieron hallar ninguna evidencia convincente para respaldar esas recomendaciones sobre el sueño para los niños, los de ahora o los de antes. Y entre 1897 y 2009, las recomendaciones sobre el sueño nocturno se redujeron en unos 0.71 minutos por año.
Por coincidencia, la cantidad de sueño que los niños obtenían se redujo en el mismo periodo en unos 0.73 minutos por año.
En general, los niños constantemente dormían menos de lo que los expertos en sueño recomendaban. En promedio, los niños dormían 37 minutos menos que cualquier recomendación 'óptima' de la época, anotaron los autores del estudio.
Olds apuntó que probablemente no haya un número fijo de horas de sueño que sea ideal para todos los niños.
"Hay una gran variabilidad del sueño óptimo entre los niños. Quizás un niño funcione mejor con siete horas, y otro con once", dijo.
En la revisión, los investigadores anotaron que solo porque un niño duerma hasta tarde no necesariamente significa que necesite más sueño. Igual que la gente puede comer sin hambre, los niños podrían dormir más aunque en realidad no lo necesiten, explicaron los autores.
Apenas la semana pasada, investigadores de la Universidad de Brigham Young (BYU) reportaron que la mayoría de adolescentes de 16 a 18 no duermen las nueve horas por noche recomendadas por las directrices federales, y sin embargo les va mejor en la escuela cuando solo duermen siete horas cada noche.
¿Uno de los motivos?
Las directrices federales actuales se basan en estudios en que simplemente se les indicó a los adolescentes que durmieran hasta sentirse satisfechos, anotaron los investigadores de la BYU.
"Si se usara el mismo método como pauta sobre cuánto deben comer las personas, se les colocaría en una despensa bien llena y simplemente se observaría cuánto comían hasta sentirse satisfechas", apuntó en una declaración de la universidad el investigador líder Mark Showalter. "No parece algo correcto".
Olds, el coautor de la revisión, sí recomendó que los padres "intenten igualar el sueño entre los días en que van a la escuela y los que no para evitar el sueño yo-yo". También apuntó que los padres deben estar atentos a señales de somnolencia.
Según la Dra. Edith Chernoff, médica de enfermedades crónicas del Hospital Pediátrico La Rabida en Chicago, la somnolencia diurna es una señal clave de que el niño no duerme lo suficiente.
"Estudie a sus propios hijos y vea qué tan bien les va durante el día", recomendó. Si tienen sueño durante el día o temprano de noche, probablemente no estén durmiendo lo suficiente.
Chernoff dijo que los padres no deben preocuparse si tienen problemas para despertar a los niños por la mañana, ya que no es necesariamente una señal de falta de sueño. Planteó que si los niños pequeños tienen muchas rabietas y se rehúsan a ir a la cama, pero luego se duermen rápidamente, probablemente no estén durmiendo lo suficiente.
Chernoff aseguró que la moraleja es hacer lo que funcione para cada familia.
"Este estudio señaló que todos estamos preocupados sobre los niños y el sueño, y que esto no ha cambiado en más de cien años, aunque realmente no comprendamos cuánto sueño es suficiente", comentó Chernoff.
Quizás hoy en día los padres sientan que tienen razón de estar más preocupados sobre el hecho de que los aparatos llenen el tiempo libre de sus hijos. Pero Olds señaló que las distracciones de hoy en día probablemente no sean peores que las de hace tiempo.
"El estudio sobre las directrices de sueño nos muestra que padres y educadores están preocupados sobre cualquiera que sea la tecnología nueva de la época: la radio, la televisión, internet. No creo que la tecnología de hoy en día sea particularmente nociva, aparte de su ubicuidad, que dificulta que los padres la controlen. En veinte años, nuevas tecnologías serán el foco de preocupación, quizás computadoras que se puedan usar como ropa, o interpretadores de las ondas cerebrales", añadió Olds.
Los resultados de la revisión sobre el sueño fueron publicados en línea el 13 de febrero, y aparecerán en la edición impresa de marzo de la revista Pediatrics.
Fuentes: Timothy Olds, Ph.D., professor, health sciences, Sansom Institute for Health Research, Adelaide, Australia; Edith Chernoff, M.D., chronic disease physician and medical director, Premier Kids program, La Rabida Children's Hospital, Chicago; March 2012, Pediatrics
"Si se usara el mismo método como pauta sobre cuánto deben comer las personas, se les colocaría en una despensa bien llena y simplemente se observaría cuánto comían hasta sentirse satisfechas", apuntó en una declaración de la universidad el investigador líder Mark Showalter. "No parece algo correcto".
Olds, el coautor de la revisión, sí recomendó que los padres "intenten igualar el sueño entre los días en que van a la escuela y los que no para evitar el sueño yo-yo". También apuntó que los padres deben estar atentos a señales de somnolencia.
Según la Dra. Edith Chernoff, médica de enfermedades crónicas del Hospital Pediátrico La Rabida en Chicago, la somnolencia diurna es una señal clave de que el niño no duerme lo suficiente.
"Estudie a sus propios hijos y vea qué tan bien les va durante el día", recomendó. Si tienen sueño durante el día o temprano de noche, probablemente no estén durmiendo lo suficiente.
Chernoff dijo que los padres no deben preocuparse si tienen problemas para despertar a los niños por la mañana, ya que no es necesariamente una señal de falta de sueño. Planteó que si los niños pequeños tienen muchas rabietas y se rehúsan a ir a la cama, pero luego se duermen rápidamente, probablemente no estén durmiendo lo suficiente.
Chernoff aseguró que la moraleja es hacer lo que funcione para cada familia.
"Este estudio señaló que todos estamos preocupados sobre los niños y el sueño, y que esto no ha cambiado en más de cien años, aunque realmente no comprendamos cuánto sueño es suficiente", comentó Chernoff.
Quizás hoy en día los padres sientan que tienen razón de estar más preocupados sobre el hecho de que los aparatos llenen el tiempo libre de sus hijos. Pero Olds señaló que las distracciones de hoy en día probablemente no sean peores que las de hace tiempo.
"El estudio sobre las directrices de sueño nos muestra que padres y educadores están preocupados sobre cualquiera que sea la tecnología nueva de la época: la radio, la televisión, internet. No creo que la tecnología de hoy en día sea particularmente nociva, aparte de su ubicuidad, que dificulta que los padres la controlen. En veinte años, nuevas tecnologías serán el foco de preocupación, quizás computadoras que se puedan usar como ropa, o interpretadores de las ondas cerebrales", añadió Olds.
Los resultados de la revisión sobre el sueño fueron publicados en línea el 13 de febrero, y aparecerán en la edición impresa de marzo de la revista Pediatrics.
Fuentes: Timothy Olds, Ph.D., professor, health sciences, Sansom Institute for Health Research, Adelaide, Australia; Edith Chernoff, M.D., chronic disease physician and medical director, Premier Kids program, La Rabida Children's Hospital, Chicago; March 2012, Pediatrics
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