Según el estudio, la incidencia de melanoma aumentó ocho veces entre las mujeres jóvenes y cuatro veces entre los hombres jóvenes de 1970 a 2009.
Los hallazgos provienen de un estudio basado en la población de investigadores de la Clínica Mayo, que usaron registros del Proyecto de Epidemiología de Rochester, una base de datos que abarca décadas de toda la atención a pacientes en el Condado de Olmsted, Minnesota. Los investigadores observaron primeros diagnósticos de pacientes de melanoma de 18 a 39 años de edad entre 1970 y 2009.
Los dermatólogos apuntaron que esos hallazgos se hacen eco de lo que ven en sus propios consultorios.
Y los investigadores del estudio apuntaron que el aumento en el uso de camas de bronceado bajo techo es uno de los principales motivos de la tendencia, pero las quemaduras solares en la niñez y la exposición a rayos ultravioleta (UV) en la adultez podrían también contribuir al riesgo de melanoma. Los hallazgos aparecen en la edición de abril de la revista Mayo Clinic Proceedings.
Aunque las tasas de melanoma han aumentado, el estudio mostró que menos personas mueren de cáncer de piel. Los investigadores dan el crédito de las mejores tasas de supervivencia a la detección precoz del cáncer de piel y a una atención médica puntual.
"Ahora, las personas tienen más consciencia sobre su piel y la necesidad de ir al médico si ven cambios", apuntó en una declaración un dermatólogo de la Clínica Mayo, el Dr. Jerry Brewer. "Como resultado, se pueden detectar muchos casos antes de que el cáncer progrese a melanoma profundo, que es más difícil de tratar".
La Dra. Jennifer Stein, profesora asistente del departamento de dermatología Ronald O. Perelman del Centro Médico Langone de la NYU en la ciudad de Nueva York, afirmó que ve a muchos jóvenes, sobre todo mujeres jóvenes, con melanoma.
"La concienciación sobre el cáncer de piel ha aumentado, y aunque hay mucha información sobre los peligros de las camas de bronceado, la gente sigue usándolas", lamentó Stein.
Otros riesgos para el melanoma incluyen los antecedentes familiares o personales de la enfermedad, y una gran cantidad de lunares de aspecto inusual. "Las personas que han sufrido de melanoma están en mayor riesgo de tener otro", advirtió. "Es importante revisarse la piel en casa e ir al dermatólogo si ve algo que le preocupe".
¿Cómo saberlo? Busque lunares que sigan la regla del ABCD, aconsejó la Dra. Alicia Terando, oncóloga quirúrgica del Hospital Oncológico James de la Universidad Estatal de Ohio, en Columbus. "'A' es por asimetría, o sea que una mitad del lunar sea de un tamaño distinto a la otra. 'B' es por irregularidades en los bordes. 'C' quiere decir color. Con frecuencia, los melanomas tienen un color marrón, canela y negro. La 'D' es por el diámetro. La mayoría de melanomas tienen un tamaño superior a los 6 milímetros. Un melanoma es el lunar que sobresale", apuntó. "Es el patito feo".
"La prevención también es importante", aseguró Stein. "Tome precauciones cuando esté bajo el sol, lo que incluye usar un sombrero ancho, ropa que proteja del sol y untarse y volverse a untar filtro solar que proteja de los rayos UVA y UVB".
La Dra. Kavita Mariwalla, directora de Cirugía de Mohs y Dermatológica del Centro Médico Beth Israel en la ciudad de Nueva York, se siente preocupada por las crecientes tasas de cáncer de piel en las mujeres jóvenes.
"Las personas saben que deben usar filtro solar y que no deben quemarse, pero hay una desconexión entre eso y el uso de camas de bronceado", apuntó Mariwalla. Programas de televisión como el reality "Jersey Shore" también dan glamor a los bronceados, añadió.
Ahora, 36 estados restringen el uso de las camas de bronceado en los menores de edad. California se convirtió en el primer estado en prohibir el uso de camas de bronceado bajo techo a los menores de 18, y muchos otros estados están pensando en prohibiciones como esta, según la Academia Americana de Dermatología (American Academy of Dermatology).
John Overstreet, director ejecutivo de la Asociación de Bronceado Bajo Techo (Indoor Tanning Association), un grupo comercial con sede en Washington, D.C., comentó que el uso de camas de bronceado bajo techo no debe ser singularizado como la causa del aumento en las tasas de cáncer de piel.
"El estudio en sí no tiene casi nada que ver con el bronceado bajo techo, y las relaciones que citan con el bronceado bajo techo son pura especulación", apuntó. "Intentan culpar al bronceado bajo techo mientras ignoran otros posibles factores de riesgo, como quemarse la piel al aire libre, los filtros solares que durante décadas no bloqueaban los UVA (la longitud de onda ultravioleta que penetra más profundamente), y viajes más frecuentes a destinos vacacionales soleados en la última década, donde es más probable que ocurran quemaduras solares".
Fuentes: Jennifer Stein, M.D., Ph.D., assistant professor, Ronald O. Perelman department of dermatology, NYU Langone Medical Center, New York City; Kavita Mariwalla, M.D., director, Mohs and Dermatological Surgery, Beth Israel Medical Center, New York City; Alicia Terando, M.D., surgical oncologist, Ohio State University's James Cancer Hospital, Columbus; John Overstreet, executive director, Indoor Tanning Association, Washington, D.C.; April 2012, Mayo Clinic Proceedings
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