Pero los investigadores señalan que los legisladores y el sector privado deben hacer más por fomentar el cambio.
La mayoría de personas saben cuáles opciones de estilo de vida reducirán los diagnósticos de cáncer: no fumar, comer sano, hacer ejercicio y hacerse las exploraciones recomendadas.
Pero muchos estadounidenses no eligen esas opciones, y un informe reciente sugiere que los legisladores y el sector privado deben hacer más por ayudar a que realizar esos cambios sea más fácil.
El informa, publicado el jueves por la Sociedad Estadounidense del Cáncer (American Cancer Society, ACS), detalla las carencias que contribuyen a las muertes por cáncer, y apunta que factores sociales, económicos y legislativos ayudan a conformar las conductas de salud.
"Con unos mayores esfuerzos por fomentar y respaldar más las actividades de prevención y detección temprana del cáncer, podemos reducir la incidencia, las muertes y el sufrimiento por el cáncer", aseguró en un comunicado de prensa de la sociedad del cáncer la coautora del informe Vilma Cokkinides.
"El precio y la disponibilidad de la comida sana, los incentivos y oportunidades para la actividad física regular en escuelas y comunidades, el contenido de la publicidad, y la disponibilidad de cobertura de seguro para las pruebas de exploración y el tratamiento para la adicción al tabaco son factores que influyen sobre las elecciones individuales. Una mejor colaboración entre agencias gubernamentales, compañías privadas, organizaciones sin fines de lucro, proveedores de atención de salud, legisladores y el público estadounidense puede llevar a mejoras continuas, y a tendencias más favorables que reduzcan el riesgo de muerte por cáncer y otras enfermedades crónicas", aseguró Cokkinides.
Una experta se mostró de acuerdo en que la premisa es buena.
"El informe [de la sociedad del cáncer] provee al público una información valiosa sobre el riesgo de cáncer y la reducción de ese riesgo. Un público informado tiene la oportunidad de tomar buenas decisiones sobre el estilo de vida y los factores modificables, y otras conductas de salud", señaló la Dra. Freya Schnabel, directora de cirugía de mama del Centro Oncológico Clínico de la NYU en la ciudad de Nueva York. "Para todos nosotros, el desafío es usar esa información a diario", añadió.
"La ACS enfatizó la importancia de los programas de cesación del tabaquismo para la reducción del riesgo de cánceres relacionados con fumar", anotó Schnabel. "La relación entre fumar y cáncer está bien establecida, y cabría esperar que la inversión de recursos en programas de cesación del tabaquismo resulte en que se salven muchas vidas, y en aliviar la carga de cáncer relacionada de los individuos afectados, y de la sociedad en general".
El informe halló que si los estados que actualmente carecen de leyes abarcadoras libres de humo las promulgaran, habría 624,000 muertes menos por cáncer a largo plazo, y se ahorrarían 1.32 mil millones de dólares en costos de tratamiento para el cáncer durante cinco años.
Aunque hubo un modesto declive general en el uso de cigarrillos entre los adultos de 2005 a 2010 (se calcula que 21 por ciento de los hombres y 17 por ciento de las mujeres fumaban en 2010), no ocurrieron reducciones en todos los subgrupos de fumadores, según el informe.
Entre los fumadores diarios, el uso ligero (menos de 10 cigarrillos al día) aumentó de 16 por ciento en 2005 a 22 por ciento en 2010, mientras que el uso empedernido declinó de 13 a 8 por ciento.
En 2009, el 19.5 por ciento de los estudiantes de secundaria eran fumadores actuales, y 7.3 por ciento eran fumadores frecuentes. El tabaquismo no se redujo entre los estudiantes de secundaria de 2003 a 2009, pero declinó significativamente entre los estudiantes adolescentes fumadores de 2010 a 2011, y entre los fumadores de 12 a 17 años de 2008 a 2010.
Fumar es no la única área en que los cambios en el estilo de vida siguen siendo necesarios, señalaron los autores del informe.
Las crecientes tasas de obesidad observadas desde principios de los 80 parecen haberse ralentizado o estabilizado desde 2003, pero se calcula que 18 por ciento de los adolescentes y 36 por ciento de los adultos siguen siendo considerados obesos. Mississippi tuvo la tasa general más elevada de obesidad, con casi 35 por ciento.
El informe también halló que las tasas de exploración del cáncer no siempre son lo que deberían.
Una buena noticia es que la proporción de chicas de 13 a 17 años que iniciaron la serie de vacunas contra el virus del papiloma humano (VPH) aumentó de 25 por ciento en 2007 a casi 49 por ciento en 2010, y alrededor de un tercio de esas chicas recibieron las tres dosis requeridas para una cobertura completa. La vacuna protege de las dos cepas del virus que provocan el 70 por ciento de todos los cánceres cervicales.
Sin embargo, el uso de mamografías no ha aumentado desde 2000. En 2010, el 66.5 por ciento de las mujeres a partir de los 40 había recibido una mamografía en el año anterior. Las mujeres sin seguro de salud tenían el uso más bajo de mamografías, con 31.5 por ciento.
Y las tasas de exploración del cáncer de colon presentan un panorama mixto. En 2010, el 59 por ciento de los adultos a partir de los 50 años se hicieron una exploración del cáncer de colon, pero las tasas de exploración siguen siendo mucho más bajas entre las personas sin seguro y las pobres. Actualmente, solo 28 estados y el Distrito de Columbia han promulgado legislación que asegura la cobertura para la exploración del cáncer de colon, anotó el informe.
Schnabel señaló que cualquier esfuerzo por aumentar las tasas generales de exploración plantearía una diferencia en las tasas de mortalidad por cáncer.
"Hay métodos eficaces para explorar el cáncer cervical, el de mama y el de colon", anotó Schnabel. "Un uso más generalizado de esas estrategias de exploración podría alterar los resultados de estos cánceres de forma muy significativa".
Fuentes: Freya Schnabel, M.D., director, breast surgery, NYU Clinical Cancer Center, New York City; American Cancer Society, news release, April 19, 2012
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