Los especialistas refieren que en este grupoe cada vez se presta más atención a la evaluación de las percepciones de los pacientes con respecto a su bienestar y funcionamiento físico.
La diabetes es una enfermedad metabólica y crónica que se caracteriza por la imposibilidad de producir insulina, situación que repercute en diferentes parámetros fisiológicos y que puede comprometer diversos órganos. Si bien es más prevalente en adultos, estadísticas recientes muestras cómo cada vez son más los niños y adolescentes que padecen esta patología.
De hecho, actualmente es considerada una epidemia en la población infantil y adolescente, ya que de acuerdo con datos de la Federación Internacional de Diabetes (IDF por sus siglas en inglés), en 2010 440 mil ya padecían diabetes tipo 1 -la variante insulinodependiente- mientras que se sabe que diariamente alrededor de 200 menores de 15 años comienzan a desarrollar esta enfermedad metabólica.
Por esta razón, tal como refieren los especialistas, en estos grupos cada vez se presta más atención a la evaluación de las percepciones de los pacientes con respecto a su bienestar y funcionamiento físico. En este sentido, el concepto de calidad de vida es un indicador importante, dado que el impacto del control de la diabetes no siempre se relaciona con los síntomas o parámetros fisiológicos.
"Los diabéticos jóvenes requieren un manejo más integrado de la enfermedad. Esto incluye el tratamiento psicológico, debido a que existe una mayor posibilidad de desarrollo de trastornos psicofuncionales, así como también problemas de inserción laboral", expuso la doctora Patricia Castaño, médica especialista en Nutrición y Diabetes, integrante de la Unidad de Nutrición del Hospital Carlos Durand y del Consultorio de Endocrinología y Metabolismo Dr. Eduardo Faure.
"Además se debe lograr un control metabólico óptimo asegurando que tanto el crecimiento como el desarrollo sean normales, tratando de prevenir complicaciones agudas y crónicas", añadió la doctora Castaño.
Anualmente, la incidencia de diabetes tipo 1 se incrementa un 3 por ciento en niños y adolescentes, y 5 por ciento en menores de 5 años.
Puntualmente, la adolescencia es una etapa sumamente crítica porque el control metabólico óptimo y necesario en esta enfermedad es difícil de alcanzar debido a que existe bajo nivel de supervisión por parte de los padres (algo que no ocurre en la población infantil), así como también mayor tendencia al desarrollo de desordenes alimenticios. Por ende, el riesgo de complicaciones aumenta.
"Los niños y adolescentes con diabetes tipo 1 y sus familias enfrentan múltiples tareas, todas sumamente demandantes cuando el objetivo es el tratamiento de la diabetes. Éste comprende el control del nivel de glucosa en sangre, la administración de insulina, en monitoreo de la ingesta alimentaría y la realización de actividad física", detalló la doctora Castaño.
Para optimizar el tratamiento de esta enfermedad deben alcanzarse los valores metabólicos propuestos por las actuales guías internacionales, para lo cual se requieren grupos multidisciplinarios especializados en diabetes juvenil, implementación de programas estructurados de educación diabetológica y la puesta en marcha de una cierta dinámica familiar.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define calidad de vida como la percepción de las personas sobre su posición en la vida, en el contexto de la cultura y el sistema de valores en el cual viven. También se consideran la relación con sus objetivos, sus expectativas, sus criterios y preocupaciones.
Por otro lado, el documento Ensayo sobre Control y Complicaciones de la Diabetes (DCCT por sus siglas en inglés), proclamó la necesidad de considerar el impacto del tratamiento intensivo de la diabetes calidad de vida, estableciendo que éste no suele ser negativo para los adolescentes.
Fuente: Pro Salud News
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