Los adolescentes que participan en más actividad de moderada a vigorosa al aire libre reportaron sentir una mejor salud y funcionamiento social que sus pares que pasan horas frente a las pantallas de televisión y de computadoras, halló un nuevo estudio de Australia.
Los adolescentes que tenían la mejor salud percibida en el estudio pasaban en promedio 2.5 horas más por día jugando deportes o haciendo otras actividades de alta intensidad que sus contrapartes menos activas, según los investigadores.
La investigación, llevada a cabo en la Universidad de Sídney, halló que los jóvenes del estudio pasaban en total un promedio de 3.3 horas al día jugando videojuegos, viendo televisión o realizando otras actividades sedentarias, frente a apenas 2.1 horas de actividad física.
Los hallazgos sugieren que los padres deben limitar la cantidad de tiempo que sus hijos pasan usando medios electrónicos, señaló la autora líder.
"Los padres deben tener en cuenta el hecho de que la actividad física al aire libre es beneficiosa para la salud y bienestar generales de sus hijos, y deben intentar limitar el tiempo que sus hijos pasan frente a pantallas", enfatizó Bamini Gopinath, investigadora principal del Instituto de Investigación Médica Westmead Millenium de la universidad.
Aunque no se estableció una relación causal, el estudio provee "más evidencia" de que aumentar la actividad física y reducir el tiempo frente a las pantallas "sería beneficioso" para los adolescentes, señaló Gopinath, y añadió que "el impacto de las conductas persiste a largo plazo".
El estudio, que aparece en la edición de julio de la revista Pediatrics, se llevó a cabo de 2004 a 2009.
Los cuestionarios del estudio preguntaron a 1,216 adolescentes cuánto tiempo pasaban haciendo ejercicio al aire libre, en comparación con las actividades bajo techo, que incluían el uso de las computadoras para recreación y tareas. Se incluyeron otras actividades sedentarias, como la lectura. Los datos se recolectaron a los doce años de edad, y una vez más cinco años más tarde. En ese momento, se reclutó otro grupo de 475 adolescentes de las mismas escuelas en el área de Sídney. Ambos grupos respondieron a ítems sobre su salud y bienestar generales.
El cuestionario incluía 23 ítems sobre la salud y el funcionamiento físico de los adolescentes, además de la autoestima, las relaciones paritarias y la escuela.
En un hallazgo que no sorprende, pasar más tiempo leyendo y haciendo tareas se asoció con un mejor rendimiento escolar.
Los adolescentes más activos tenían puntuaciones significativamente mejores relacionadas con el funcionamiento social, o con llevarse bien con sus compañeros. Los adolescentes que "hacían ejercicio raras veces" eran más propensos a reportar "sentimientos de soledad y timidez".
"Una mejor comprensión de estas relaciones debe ayudar en el desarrollo de intervenciones para fomentar el bienestar general entre los adolescentes", concluyeron los autores del estudio.
Otro experto aseguró que los hallazgos no le sorprendían.
"Tiene sentido que los niños que salen al aire libre, juegan deportes y corren por ahí se sientan mejor que los que se quedan sentados solos frente a una pantalla", apuntó el Dr. Michael Rich, director del Centro de Medios y Salud Infantil del Hospital Pediátrico de Boston.
Advirtió contra una "interpretación excesiva" de los resultados, porque otros factores no observados en el estudio "podrían tener más influencia". Por ejemplo, señaló que el estudio no mostró si algunos de los adolescentes evitaban los deportes al aire libre porque tenían una peor salud inicial.
Pero "vale la pena prestar atención" a estos hallazgos, afirmó Rich.
También tiene sentido que los niños que pasan su tiempo "corriendo por ahí al aire libre" y jugando deportes "no solo tengan una mejor salud física, sino también una mejor salud social, porque aprenden a resolver las situaciones con otros adolescentes", planteó.
El estudio proveyó "más datos objetivos que respaldan lo que mamá siempre nos decía, 'sal a jugar', lo que prueba que mamá tenía la razón", añadió Rich.
Fuentes: Bamini Gopinath, Ph.D., senior research fellow, Westmead Millennium Institute for Medical Research, University of Sydney, Australia; Michael Rich, M.D., director, Center on Media and Child Health, Boston Children's Hospital; July 2012, Pediatrics
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