Los investigadores apuntan a que esta posibilidad de resucitar las capacidades de las células madre abre una oportunidad importante con vistas al futuro. Cuando este material biológico sea plenamente utilizable para fabricar tejidos o reemplazar órganos, cualquier persona que fallezca puede ser origen de células madre, lo que supondrá que habrá una fuente casi ilimitada de ellas, y, además, con un mecanismo de extracción y conservación relativamente sencillo.
Claro que esta aplicación tendría siempre una desventaja: al usar células madre de un donante, el receptor podría rechazar el tejido u órgano que se le trasplantara. Algo que no ocurre si las células madre que se utilizan son del propio paciente. Y eso es lo que han hecho investigadores del hospital sueco de Shalgrenska con una niña de 10 años. La pequeña tenía una insuficiencia hepática porque tenía obstruida la vena porta hepática, que es una de las principales vías de drenaje del hígado. Según publica The Lancet, la niña no podía someterse a algunas de las intervenciones habituales para solventar este problema, como los intentos de reabrir la vena o un autotrasplante con un vaso sanguíneo obtenido de la pierna, por ejemplo. Así que los investigadores suecos le fabricaron una vena de nueve centímetros a partir de sus células madre. Pero la reconstrucción no fue desde cero. Antes hubo que extirpar un trozo de la vena ilíaca a un donante cadáver (un hombre de 30 años), se trató para eliminar las células endoteliales y mesenquimales y estas fueron las que se reconstituyeron a partir de las células madre de la niña. Esta lleva ya un año sin tomar inmunodepresores.
Con este sistema mixto se parte de un molde biológico (el órgano del donante), se trata con un jabón biológico que elimina las células y se queda con la parte estructural más inerte. Sobre esta se siembran las células madre, que reconstruyen el tejido con la ventaja de que ya hay una estructura tridimensional sobre la que trabajar. El método se ha ensayado también para reconstruir tráqueas.
Fuente: elpais.com
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