Nélida del Mercedes Sosa, docente oriunda de Monteros, sufría hepatitis B pero no lo sabía. El diagnóstico que le hicieron en el Servicio de Gastroenterología del Hospital Padilla permitió que recibiera el tratamiento adecuado, y en 2010, el injerto hepático que la salvó. Hace una semana le dieron el alta y ya está haciendo planes: quiere volver al trabajo y aprender a manejar su auto.
Un día de 2005, Nélida del Mercedes Sosa se fue a trabajar -era maestra especial en escuelas públicas y privadas- cuando de repente sintió un dolor punzante en la espalda, a la altura de los riñones. "Como había despedido dos cálculos renales cuando tenía ocho años, pensé que otra vez tenía piedras en los riñones y fui al urólogo -cuenta-. Me hicieron estudios y me hallaron cálculos, pero en la vesícula".
Nélida concurrió al Servicio de Gastroenterología del Hospital Padilla, que dirige Francisco Palazzo. Él también es profesor de Gastroenterología de la Facultad de Medicina de la UNT y jefe de la filial Tucumán de la Unidad Centinela de Hepatitis Virales (la primera que se habilitó -hace 20 años- en el interior del país). La central de esa unidad funciona en el Hospital Malbrán, de Buenos Aires.
El servicio realiza, entre otras tareas destacadas, una labor muy importante en la detección de la hepatitis B y C. Y conforme con los protocolos establecidos para estos casos fue que Nélida, luego de ser operada de la vesícula (por vía laparoscópica) recibió el diagnóstico de que padecía hepatitis B.
Una transfusión
La docente, que en aquel momento tenía 44 años, no sabía que portaba la enfermedad, ya que nunca había presentado síntomas. Recordó después que tras los partos de sus dos primeros hijos había sufrido desgarros y, a causa de eso, le habían realizado transfusiones de sangre. "El doctor Palazzo me dijo que probablemente esa haya sido la vía del contagio", explica.
Estuvo internada varios meses en el servicio de Gastroenterología bajo tratamiento. Allí hay 26 camas, 11 para mujeres y 15 para varones. El servicio también cuenta con cinco consultorios externos que atienden a los pacientes por la mañana y por la tarde.
Cuando Nélida mejoraba volvía a su casa, pero al cabo de un tiempo estaba de regreso en el hospital porque la enfermedad la aquejaba nuevamente. "Me cambiaban los medicamentos, me sentía mejor, pero me volvía a enfermar. Hasta que un día el doctor Palazzo decidió por mi vida (y le estaré eternamente agradecida): me mandó en el avión sanitario a Buenos Aires, al Hospital Italiano, pero nunca me dijo directamente que iría para un trasplante. A mis hijos sí les había avisado", relata.
Nélida ingreso en la lista del Incucai para un trasplante de hígado. El 10 de octubre de 2010 se obtuvo el órgano y el equipo del doctor Juan Matera llevó a cabo la intervención.
Agradecida
"Hace una semana viajé para un control. Estoy muy bien y me dieron el alta para volver trabajar, pero como secretaria y bibliotecaria. Por favor, ponga que no gasté un solo centavo. Todo, absolutamente todo, las drogas antirrechazo, los traslados, la comida, el hospedaje, los pasajes de avión para mí y un acompañante los pagó el PAMI", enfatiza.
"Tampoco me cansaré de agradecerle a la familia que donó el hígado, seguramente de algún ser querido que falleció; al doctor Palazzo y a su equipo del Padilla y a todo el personal del Italiano. Gracias a ellos hoy estoy gozando de una nueva vida", expresa emocionada.
Después de siete años, la pesadilla ha terminado para Nélida. La enfermedad no fue el único golpe duro que le dio la vida. En 1988, a los 28 años, perdió a su esposo, Hugo Alberto Riarte, como consecuencia de un grave accidente en el ingenio Ñuñorco, donde trabajaba. Nélida decidió dejar la ciudad de Monteros, donde había vivido siempre, y se trasladó a San Miguel de Tucumán con sus dos hijos, Cristiany Romina, que hoy tienen 31 y 29 años. Con el tiempo intentó vivir otra vez en pareja, unión de la que nació Lucas, de 19 años, pero la relación no funcionó.
"Me dediqué a trabajar para cubrir todas las necesidades de mis hijos. El mayor trabaja. La mujer está casada, terminando de cursar la carrera de Administración de Empresas y en octubre me dará mi primer nieto; y el menor estudia Ciencias Económicas", detalla.
Ahora Nélida vuelve a pensar en el futuro con esperanzas. Durante este tiempo, a pesar de su enfermedad, no perdió el optimismo y ahorró dinero. De ese modo, se compró un autito. "No veo las horas de aprender a manejar...", confiesa.
Nélida concurrió al Servicio de Gastroenterología del Hospital Padilla, que dirige Francisco Palazzo. Él también es profesor de Gastroenterología de la Facultad de Medicina de la UNT y jefe de la filial Tucumán de la Unidad Centinela de Hepatitis Virales (la primera que se habilitó -hace 20 años- en el interior del país). La central de esa unidad funciona en el Hospital Malbrán, de Buenos Aires.
El servicio realiza, entre otras tareas destacadas, una labor muy importante en la detección de la hepatitis B y C. Y conforme con los protocolos establecidos para estos casos fue que Nélida, luego de ser operada de la vesícula (por vía laparoscópica) recibió el diagnóstico de que padecía hepatitis B.
Una transfusión
La docente, que en aquel momento tenía 44 años, no sabía que portaba la enfermedad, ya que nunca había presentado síntomas. Recordó después que tras los partos de sus dos primeros hijos había sufrido desgarros y, a causa de eso, le habían realizado transfusiones de sangre. "El doctor Palazzo me dijo que probablemente esa haya sido la vía del contagio", explica.
Estuvo internada varios meses en el servicio de Gastroenterología bajo tratamiento. Allí hay 26 camas, 11 para mujeres y 15 para varones. El servicio también cuenta con cinco consultorios externos que atienden a los pacientes por la mañana y por la tarde.
Cuando Nélida mejoraba volvía a su casa, pero al cabo de un tiempo estaba de regreso en el hospital porque la enfermedad la aquejaba nuevamente. "Me cambiaban los medicamentos, me sentía mejor, pero me volvía a enfermar. Hasta que un día el doctor Palazzo decidió por mi vida (y le estaré eternamente agradecida): me mandó en el avión sanitario a Buenos Aires, al Hospital Italiano, pero nunca me dijo directamente que iría para un trasplante. A mis hijos sí les había avisado", relata.
Nélida ingreso en la lista del Incucai para un trasplante de hígado. El 10 de octubre de 2010 se obtuvo el órgano y el equipo del doctor Juan Matera llevó a cabo la intervención.
Agradecida
"Hace una semana viajé para un control. Estoy muy bien y me dieron el alta para volver trabajar, pero como secretaria y bibliotecaria. Por favor, ponga que no gasté un solo centavo. Todo, absolutamente todo, las drogas antirrechazo, los traslados, la comida, el hospedaje, los pasajes de avión para mí y un acompañante los pagó el PAMI", enfatiza.
"Tampoco me cansaré de agradecerle a la familia que donó el hígado, seguramente de algún ser querido que falleció; al doctor Palazzo y a su equipo del Padilla y a todo el personal del Italiano. Gracias a ellos hoy estoy gozando de una nueva vida", expresa emocionada.
Después de siete años, la pesadilla ha terminado para Nélida. La enfermedad no fue el único golpe duro que le dio la vida. En 1988, a los 28 años, perdió a su esposo, Hugo Alberto Riarte, como consecuencia de un grave accidente en el ingenio Ñuñorco, donde trabajaba. Nélida decidió dejar la ciudad de Monteros, donde había vivido siempre, y se trasladó a San Miguel de Tucumán con sus dos hijos, Cristiany Romina, que hoy tienen 31 y 29 años. Con el tiempo intentó vivir otra vez en pareja, unión de la que nació Lucas, de 19 años, pero la relación no funcionó.
"Me dediqué a trabajar para cubrir todas las necesidades de mis hijos. El mayor trabaja. La mujer está casada, terminando de cursar la carrera de Administración de Empresas y en octubre me dará mi primer nieto; y el menor estudia Ciencias Económicas", detalla.
Ahora Nélida vuelve a pensar en el futuro con esperanzas. Durante este tiempo, a pesar de su enfermedad, no perdió el optimismo y ahorró dinero. De ese modo, se compró un autito. "No veo las horas de aprender a manejar...", confiesa.
Fuente: lagaceta.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario