El informe, publicado en Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, es parte de la creciente evidencia de que amamantar parecer ser la mejor opción para un recién nacido, además de proteger contra la obesidad en la vida futura.
La autora Ruowei Li, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por su sigla en inglés), dijo que la diferencia se debería al rol que juegan los bebés en la decisión de dejar de alimentarse, en lugar de que las madres o padres los obliguen a terminar el biberón.
"Si los bebés son alimentados a través del pecho, el niño juega un rol muy activo, dado que son los que deciden cuándo succionar y cuando dejar de hacerlo", explicó.
Li y sus colegas siguieron a alrededor de 1.900 bebés de todo Estados Unidos que nacieron a mediados de la década del 2000.
Mediante una serie de sondeos enviados a sus madres, los investigadores consultaron, entre otras cosas, el peso de los bebés a diferentes edades y con cuánta frecuencia eran amamantados, tomaban leche materna en biberón o recibían fórmula.
Los bebés alimentados mediante biberón -ya sea sólo con leche materna o sólo con fórmula- subían alrededor de 85 gramos más por mes comparado con aquellos que solamente eran amamantados.
Luego de eso, los resultados se volvieron un poco más complicados.
Cuando las madres combinaban la lactancia y el biberón sólo relleno con leche materna, los niños no aumentaban más de peso. Pero si los bebés recibían tanto leche materna como fórmula, crecían de manera similar a los que sólo eran amamantados.
No está claro por qué esos bebés alimentados con una combinación de leche materna en biberón y fórmula no ganaron peso adicional, indicaron los investigadores.
No obstante, "el mensaje clave de este estudio es que la lactancia materna es realmente la primera alternativa para los bebés", dijo Li, quien agregó que complementar la lactancia con leche de pecho en biberón es una buena segunda alternativa.
La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que las madres amamanten exclusivamente a sus hijos durante seis meses y continúen la lactancia a medida que introducen la alimentación sólida al menos hasta el año de vida.
Pero los expertos reconocen que debe considerarse no colocar a las madres bajo la presión de amamantar, ya que muchas veces eso no puede ser posible por muchas razones.
"Hubo millones de bebés alimentados con fórmula mucho antes de que comenzara la epidemia de obesidad", dijo Jeffrey Wright, pediatra de la Escuela de Medicina de la University of Washington, quien escribió un editorial sobre el estudio.
"Cada familia debería sopesar los beneficios y desventajas de hacerlo, y el padre debería participar de ese debate", agregó Wright.
Fuente: Reuters Health
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