Un estudio reveló que no existe relación causal entre el HDL y el menor riesgo de infartos. Y que su importancia residiría más en la calidad que en la cantidad.
El colesterol bueno no lo sería tanto, según un reciente estudio realizado en España que reveló que no existe una relación causal entre esa sustancia y la reducción del riesgo de infarto. La clave, según concluyeron los investigadores, estaría no tanto en la cantidad si no en la calidad.
El objetivo que se plantearon los científicos era determinar si el HDL (más conocido como “colesterol bueno”) participaba directamente o no en el proceso que desencadena la enfermedad. Para eso, analizaron una característica genética que aumenta los niveles del HDL sin influir en los niveles de LDL, o colesterol malo, ni de los triglicéridos.
Esta característica genética aumenta la cantidad de colesterol bueno en 2,5 miligramos por decilitro, lo que, de acuerdo con los estudios epidemiológicos, se debería traducir en una reducción del riesgo de infarto del 13 %.
Sin embargo, tras estudiar más de 115.000 casos, los investigadores detectaron que las personas portadoras de esta característica que aumenta el HDL no tienen un menor riesgo de infarto.
El estudio, publicado en el sitio especializado The Lancet, será de vital importancia a la hora de diseñar nuevos medicamentos, ya que, al contrario de lo que se creía hasta ahora, los fármacos que aumenten el colesterol bueno no necesariamente prevendrán el infarto, destacó el IMIM en un comunicado.
Pese a este hallazgo, el HDL siguen siendo, según Elousa, un biomarcador que se asocia con un menor riesgo de infarto, aunque esa relación no sea causal. En este sentido, los resultados de la investigación apuntan a que el papel protector ante infartos residiría no en su cantidad, si no en la calidad.
Fuente: clarín.com.ar
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