Los niños prematuros tienen más dificultades de aprendizaje de las funciones del lenguaje durante toda la infancia, en especial de las más complejas.
Según un documento recientemente publicado por la OMS, cada año nacen en el mundo 13 millones de niños prematuros (se define nacimiento prematuro a aquellos partos que tienen lugar antes de la semana 37 de gestación). El nacimiento prematuro supone un mayor riesgo de parálisis cerebral, discapacidad mental, y problemas graves de vista y de oído. Por otra parte, los efectos a largo plazo del nacimiento prematuro incluyen problemas de desarrollo cognitivo y motor, conductuales (TDAH, entre otros), y de rendimiento académico.
Los niños nacidos prematuramente también sufren dificultades de aprendizaje del lenguaje cuando se les compara con niños nacidos dentro de los plazos normales.
Investigadores del centro Médico Universitario Erasmus de la ciudad de Rotterdam (Holanda), han analizado todos los estudios e investigaciones publicados entre enero de 1995 y marzo de 2011 sobre las funciones del lenguaje en niños prematuros.
Los niños nacidos prematuramente (antes de la semana 37 de gestación) sufren un mayor índice de problemas de uso del lenguaje en comparación con los niños nacidos al cabo de 39 o 40 semanas de gestación. Esta diferencia se observa en todo tipo de funciones del lenguaje tanto simples como complejas, y es independiente de discapacidades importantes o del estatus socioeconómico del niño.
No obstante, los autores señalan que, pese al gran número de estudios publicados, todavía se desconoce hasta qué punto esos problemas disminuyen, aumentan o permanecen estables al cabo del tiempo. El estudio define funciones simples del lenguaje al aprendizaje de vocabulario o de frases breves; las funciones complejas vendrían a ser la integración de múltiples componentes del lenguaje, conceptos complejos tales como verbos o pronombres, y frases subordinadas.
Los autores han llegado a la conclusión de que las diferencias en el uso del lenguaje entre niños prematuros y no prematuros aumentan de forma significativa entre los tres y los doce años de edad para las funciones del lenguaje más complejas, aunque no para las más simples.
Los autores sugieren que, dentro del habitual seguimiento pediátrico de niños prematuros, deberían incluirse medidas de control y terapia de las funciones del lenguaje, lo cual les facilitará en el futuro un mejor rendimiento académico e integración social.
Fuente: medicina21.com
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