El marcador, llamado interleuquina 6 (IL-6), se ha relacionado con una variedad de problemas de salud, como la enfermedad cardiovascular, la diabetes y los problemas psiquiátricos.
"Nuestro estudio sugiere que, para las personas sanas, todo se trata del sueño y lo que el mal sueño podría estarle haciendo a nuestra respuesta fisiológica al estrés, nuestra respuesta de lucha o huída", apuntó en un comunicado del Centro Médico de la Universidad de Rochester la autora del estudio Kathi Heffner, profesora asistente de psiquiatría del centro.
El estudio fue publicado en línea como avance de su aparición en una próxima edición impresa de la revista American Journal of Geriatric Psychiatry.
El estudio incluyó 45 mujeres y 38 hombres con una edad promedio de 61 años. Aunque todos los participantes tenían una buena salud en general, alrededor de 27 por ciento dormían mal. En comparación con los que dormían bien, los que dormían mal reportaron más síntomas de depresión, más soledad y más estrés en general.
Al inicio del estudio, los niveles de IL-6 no diferían entre las personas que dormían bien y las que dormían mal. Sin embargo, cuando se les administró una batería de pruebas verbales y de memoria con la intención de estresarles, los niveles de IL-6 de los que dormían mal subieron más que los de los que dormían bien.
Los investigadores concluyeron que las personas mayores que no duermen de forma adecuada podrían estar en mayor riesgo de problemas de salud mental y física porque el mal sueño cambia la forma en que el sistema inmunitario responde al estrés, lo que resulta en una mayor inflamación.
"Este estudio ofrece más evidencia de que un mejor sueño no solo puede mejorar la salud en general sino también ayudar a prevenir malos resultados fisiológicos y psicológicos asociados con la inflamación", apuntó Heffner.
Aunque un declive gradual en el sistema inmunitario es una parte normal del envejecimiento, los autores del estudio concluyeron que tratar los trastornos de sueño en los adultos mayores podría ayudar a prevenir ciertas enfermedades.
"Entre los adultos mayores hay muchos problemas del sueño", concluyó Heffner. "Los adultos mayores no tienen por qué dormir mal. Podemos intervenir en los problemas de sueño en la adultez tardía. Ayudar a una persona mayor a que duerma mejor podría reducir el riesgo de resultados malos asociados con la inflamación".
Fuente: University of Rochester Medical Center, news release, March 1, 2012
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