En la última década, el número de niños que reciben un diagnóstico de trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) ha aumentado 66 por ciento, indica una investigación reciente.
En 2000, apenas 6.2 millones de visitas a un consultorio médico resultaron en un diagnóstico de TDAH. Para 2010, esa cifra había aumentado a 10.4 millones de visitas a consultorios.
"Este estudio es realmente como una vista aérea de este problema a 10,000 pies de altura", apuntó el autor del estudio, el Dr. Craig Garfield, profesor asistente de pediatría y ciencias médicas sociales de la Universidad de Northwestern, en Chicago. "Observamos las tendencias en las visitas a médicos por el TDAH en la última década, y nos interesó superponer algunos de los avisos de salud pública de la FDA y la introducción de nuevos medicamentos para ver el efecto sobre esas tendencias".
Los hallazgos aparecen en la edición de marzo y abril de la revista Academic Pediatrics.
El TDAH es actualmente una afección común en niños y adolescentes de EE. UU., según la información de respaldo del estudio. La incidencia del trastorno reportada por los padres es de alrededor de diez por ciento, o 5.4 millones de niños. Los síntomas de TDAH incluyen una incapacidad de enfocarse, problemas para controlar las emociones y conducta hiperactiva, según el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH).
El tratamiento para el TDAH puede incluir fármacos (usualmente estimulantes) y terapias conductuales, según el NIMH. Sin embargo, unos nuevos medicamentos, y unas nuevas preocupaciones de salud, alteraron las decisiones sobre el tratamiento en la década estudiada.
En 2002, un fármaco no estimulante, Strattera (atomoxetina) fue aprobado para su uso en el TDAH. En 2005, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE. UU. publicó advertencias de que la muerte repentina y la ideación suicida se habían relacionado con Strattera. El mismo año, la FDA también expresó preocupación sobre una relación potencial entre la anfetamina-dextroanfetamina (Adderall) y los riesgos cardiovasculares, además de síntomas psiquiátricos adversos. La misma advertencia se generalizó a todos los medicamentos aprobados para el TDAH en 2007, según el estudio.
Para el estudio, Garfield y colegas revisaron datos de una base de datos nacional de 2000 a 2010. Examinaron las visitas a consultorios de pacientes menores de 18 años.
Además de hallar un aumento de 66 por ciento en el número de visitas a consultorios que resultaron en un diagnóstico de TDAH, también hallaron que más niños estaban siendo tratados por el TDAH por psiquiatras pediátricos que por pediatras. Al inicio del estudio, alrededor de uno de cada cuatro niños consultaba a un psiquiatra por la afección. Para finales del estudio, más de uno de cada tres consultaba a un psiquiatra por el TDAH.
A pesar de las posibles inquietudes sobre la seguridad, los estimulantes siguen siendo el tratamiento principal. En 2000, el 96 por ciento eran tratados con esos fármacos, mientras que 87 por ciento recibían estimulantes para sus síntomas de TDAH en 2010, halló el estudio.
El uso de Strattera, un fármaco no estimulante, se redujo de 15 por ciento al año cuando se introdujo (2002) a 6 por ciento para 2010. El uso de otros tratamientos no estimulantes como clonidina (Catapres/Kapvay/Nexiclon), guanfacina (Intuniv/Tenex) y Wellbutrin (buproprion) se duplicó y más, alcanzando un punto alto de 13 por ciento en 2010.
Un estudio anterior que fue publicado en línea el pasado septiembre en la revista American Journal of Psychiatry, halló que unos 2.8 millones de niños tomaban fármacos contra el TDAH. Esos autores dijeron que su uso ha aumentado de forma gradual, probablemente porque más adolescentes toman estos medicamentos.
Los autores del estudio actual no creen que de repente haya habido un aumento dramático en el número de niños con TDAH, sino que las campañas de concienciación pública, la cobertura de los medios sobre el TDAH y los anuncios de nuevos fármacos probablemente sean algunos de los factores que impulsan el aumento en los diagnósticos.
"Hay más concienciación sobre la enfermedad de parte de los padres", apuntó Garfield.
Garfield dijo que los autores no saben por qué más personas llevan a sus hijos a consultas de psiquiatras para el tratamiento, pero apuntó que si la tendencia continúa, los padres podrían tener problemas para hallar un médico que atienda el TDAH de sus hijos, dada la escasez de psiquiatras.
Otros expertos concurrieron en que la incidencia de TDAH probablemente no aumenta de forma tan rápida. "No creo que estos datos reflejen la verdadera prevalencia. Creo que lo que sube es la frecuencia total de consultas relacionadas con el TDAH", señaló el Dr. Andrew Adesman, jefe de pediatría del desarrollo y conductual del Centro Médico Pediátrico Steven y Alexandra Cohen de Nueva York, en New Hyde Park, Nueva York.
"La Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) anima a los pediatras a participar más activamente en el diagnóstico y tratamiento del TDAH, así que es interesante ver que con el tiempo los psiquiatras ahora tratan más", apuntó. "Los pediatras podrían estar haciendo más remisiones, o quizás las inquietudes planteadas por la FDA hagan que las familias prefieran ver a un especialista".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
Fuentes: Craig Garfield, M.D., assistant professor, pediatrics and medical social sciences, Northwestern University, Chicago; Andrew Adesman, M.D., chief, developmental and behavioral pediatrics, Steven and Alexandra Cohen Children's Medical Center of New York, New Hyde Park, N.Y.; March/April 2012 Academic Pediatrics
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