El estudio incluyó a 80 conjuntos de padres e hijos en que el hijo de 8 a 12 años tenía sobrepeso. Los participantes realizaron un programa solo con el padre o con el padre y el hijo durante cinco meses.
Los investigadores evaluaron la eficacia de tres tipos de habilidades de crianza enseñadas en los programas de tratamiento para la obesidad infantil basados en la familia. Las habilidades incluían: liderar con el ejemplo, o sea padres que tomaron medidas para perder peso; cambiar el ambiente alimentario del hogar; y el estilo de crianza, como animar al niño a participar en el programa para perder peso o ayudar a limitar lo que el niño comía.
Al igual que en estudios anteriores, éste halló que la pérdida de peso de los padres fue el único predictor significativo de la pérdida de peso en los niños.
"¿Cuál es la principal forma en que los padres pueden ayudar a un niño obeso a perder peso? Perder peso ellos mismos", enfatizó en un comunicado de prensa de Ciencias de la Salud de la Universidad de California en San Diego (UCSD) Kerri Boutelle, profesora asociada de pediatría y psiquiatría de la UCSD. "En este estudio, fue el predictor más importante de la pérdida de peso infantil".
Los hallazgos aparecen en línea en la revista Obesity.
"Los padres son las personas más significativas del ambiente de un niño, y sirven como los primeros y más importantes maestros", apuntó Boutelle, quien también dirige el programa de tratamiento conductual de trastornos alimentarios del Hospital Pediátrico Rady en San Diego. "Desempeñan un papel significativo en cualquier programa de pérdida de peso para los niños, y este estudio confirma la importancia de su ejemplo para el establecimiento de conductas alimentarias y de ejercicio saludables para sus hijos".
Alrededor del 31 por ciento de los niños de EE. UU. (entre 4 y 5 millones) tienen sobrepeso o son obesos, según datos recientes.
Fuente: University of California, San Diego Health Sciences
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